Los recuerdos del verano viven para siempre.
Bajo el ritmo cambiante de la luz del sol, nos deslizamos a la sombra de los árboles frutales. Los ojos se cierran lentamente, los pies se hunden en la hierba fresca. En una apacible siesta, viviendo un momento suspendido, deliciosamente familiar. El verano es un placer sencillo, que redescubrimos cada año.


A medida que el día se apaga, una suave luminosidad se instala en el jardín. La vela Citronnelle (Citronela) comienza a brillar, realzada por notas brillantes y aromáticas. Acentuada con verbena, neroli y azahar, revela un lado más suave, cítrico y floral El calor amaina, las conversaciones se prolongan... y el verano sigue vivo, a la luz de la llama.
